Levitec firmó una victoria que echa la vista al Levitec de la primera vuelta. Queda liga, espera el play off.

Marcador final del partido

66-Levitec Huesca: García (9), Haws (6), De Blas (5), Gjusroski (18) y Hartwich (11). Quinteto inicial. Johnson (12), Opong, Nurger (16), Sans, Karahodzic (2).

68-Liberbank Oviedo: Van Zegeren (7), Ahonen (14), Jakstas (8), Geks y Spieth (5),. Quintyeto inicial. Douvier (2), Pérez Ramos (11), Llorente (5), Arteaga (6), Rosa Pompido (6) y Meana (2).

Árbitros: Zafra, Pelaez y Espiau. Eliminado por personales Hartwich.

Parciales: 15-23, 15-8, 21-11 y 17-24.

Ha sido una victoria tremenda. El Peñas ha conseguido doblegar a un Oviedo que encadenaba seis victorias, que llegó como segundo de la LEB oro, a velocidad de crucero y funcionando como un reloj. Sin embargo, los de Arenas lo han frenado en seco. Inmenso el quinteto del Levitec Huesca. Apareció primero Gjuroski y luego Nurger para firmar un gran partido. Si aguantó a Oviedo en el primer acto, se deshizo de él en el segundo gracias a un tercer cuarto tremendo.

Cerró la primera parte el Oviedo con un ajustado 30-31 en el marcador. No es que estuviera cómodo, pero atendiendo a los últimos partidos de ambos equipos flotó la sensación de que si los asturianos aceleraban el paso pondrían en serios apuros al Levitec para mantener el ritmo. El descanso fue mano de santo para el Peñas que arrancó la segunda parte con un 5-0 y teniendo muy claro que Arteaga no iba a adueñarse de la pintura. Se las tuvo tiesas con Hartwich y con Nurger, que ha firmado un partido redondo.

Se fue el Peñas arriba en el electrónico. Empezó a gobernar el marcador y a meter esa barrera psicológica de los +10 para creer en sus posibilidades. Y aceptó la propuesta de no mirar la clasificación y de jugar un partido sin atender a nombres. Se le pudo torcer la vida a a Peñas con la cuarta de Hartwich y el susto que dio Johnson que pedía atención para su mano izquierda. El técnico del Oviedo se deshacía en su banda. Bueno, espoleaba a los suyos con una tensión tremenda.

El último cuarto se abrió con el dominio del Peñas, con algunas decisiones arbitrales –como otras durante el encuentro- que no gustaron nada a una grada escarmentada por otras actuaciones y con Oviedo metiendo un par de triples que encendieron las luces de alarma. A veces entra vértigo en los momentos decisivos del encuentro. Eso que llaman el miedo a ganar y que suena a frase de escape, porque a esto como a todo lo que se busca es ganar.

A poco más de un minuto el 62-62 en el electrónico era el reflejo como el vaso que está lleno hasta el borde y tan solo una gota más sirve para rebasarlo. Allí se quedó el quinteto asturiano. Un triple de Gjuroski alejó fantasmas e hizo inútil la posible remontada.

Fotos: C.Pascual