El Bidasoa venció al Bada Huesca en el partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Asobal en el que le bastó una muy buena primera mitad para llevarse los dos puntos
30 – Bidasoa: Rangel (Ledo); Cavero (3), Crowley, E. Salinas (3), R. Salinas (8, 1 p.), Azkue (7, 1 p.), Seri (1); Orbovic (1), Zabala (3), Odriozola (2), Serrano (2), Renaud-David, Nieto, Tesoriere y Da Silva.
27 – Bada Huesca: Arguillas; Camas (2 p.), Mota, García (1), Benites (4), Mira (1), Nieto (3); Val (1), A. Pérez (3), Ostojic (2), S. Pérez (5), Marcelo (2) y Del Valle (3).
Marcador cada cinco minutos: 1-1, 3-2, 7-3, 10-5, 13-9, 17-9; 19-11, 21-15, 25-17, 26-20, 28-23 y 30-27.
Árbitros: Ausas Busquets y Florenza Virgili. Excluyeron a los locales local Rudy Seri (dos veces) y Odriozola y al visitante Asier Nieto.
Incidencias: Partido de la séptima jornada de la Liga Asobal. Pvo. Artaleku, 1.209 espectadores.
El equilibrio tan ansiado por el Bada Huesca en lo que se lleva de temporada Asobal volvió a desaparecer sobre el 40×20 de la pista del Bidasoa. El siete de Nolasco se desenchufó durante 15 minutos letales del primer acto. O los guipuzcoanos apretaron el pie en el acelerador al máximo para meter una renta de nivel. Del 3-2 en el minuto 10 al 10-4 en el minuto 20 para cerrar los 30 primeros minutos con un 16-8. El final sirvió para cimentar aún más el ancho de la trinchera entre ambos equipos.
Era demasiada la diferencia para contrarrestar contra un Bidasoa que funcionaba a martillo pilón. Intenso, con las cosas claras y concentrado para dejarlo todo listo cuanto antes. Y en el segundo acto, el Bada Huesca ofreció su cara B hasta cerrar el partido perdiendo de tres (30-27), que no te da nada, que te deja con la idea de que has estado allí y que muy posiblemente regreses penando el porqué de esos malos minutos de la priemera parte. Por si fueran pocas las desgracias que arrastra el Bada con lesiones, Mota ha tenido pocos minutos sobre la pista ya que ha notado algo y por precaución ha parado.
El problema del encuentro descanso en que el Bada Huesca firmó un parte copiando los vicios de otros partidos. Sin aguja e hilo, la derrota se empezó a gestar por la falta de intensidad, la carencia de continuidad en el juego y con 11 errores propios ante un Bidasoa que los aprovechó. La segunda parte sirvió para reconducir el juego. Cambió la cara, aunque también es cierto que a los guipuzcoanos les bastó con administrar el marcador y controlar a un Bada que lo intentó y, al menos, enjuagó la diferencia.