El enfado de Guillermo Arenas tras el partido contra el Valladolid era el mejor epíteto de la visita del líder de la LEB Oro al Palacio de los Deportes. “El segundo cuarto resume el partido. No hay excusa. Tenemos que ser más duros y dar la cara. Podemos decir mil cosas, pero no puede ser un parcial de 14-32 en un cuarto. Así es imposible. Tenemos que dar la cara y reaccionar a esto. Hay que ser mucho más intensos desde el inicio”, enfatizó el preparador del Levitec Huesca.
80-Levitec Huesca: Wintering (17), De Blas, Grabauskas (5), Carter III (12), Skara (6). Quinteto inicial. Grystak, Dedovic (20), Gella, Berni García, Vucetic (20) y Tamayo.
100-Carrambide Valladolid: Leimanis (7), Bartley (19), Adoubacar (12), Sergio de la Fuente (15). Quinteto inicial. Mackenzie (8), Torres (19), Fortuny (2), Daniel de la Fuente (3), Adekoya (4), Granado (2) y Federico Azad (9).
Árbitros: Cañigueral, Ríos, Baez.
Parciales: 17-22, 14-32, (31-54 descanso) 23-23,26-23.
Valladolid cierra primera vuelta con otra victoria. Sigue marcando distancias en esta LEB Oro gracias a que cose un baloncesto de quilates. Ha ganado a un Levitec Huesca que mantiene al abrigo de su afición su mejor baloncesto. Hasta que llega una apisonadora. Los castellanos han vuelto a demostrar el porqué de su liderato. Había mucho respeto en las filas del viejo Peñas –la ACB se añora en esta ciudad temporada tras temporada- a la vista del líder. Ya se sabe aquello de todo por ganar y nada que perder… aunque a nadie le guste caer derrotado, no sobre su parquet y menos con diferencia abultada en el electrónico.
Imponer el ritmo propio es premisa en todo juego. Y el Valladolid de Hugo López ha vuelto a dejar claro que es bueno por dentro y por fuera. Con un baloncesto intenso, durísimo bajo aros ha ido deshaciendo a un Levitec Huesca que quiso entrar en el partido enchufado desde el primer minuto. Si difícil lo tenía de saque el equipo altoaragonés, más aún con la baja de Fran Cárdenas. El base andaluz es puro caviar, pero un esguince le obligó a ver el partido desde el banquillo.
Con un Valladolid muy duro bajo aros, al Levitec no le quedó otra que buscar la canasta desde lejos. Cuando Carter III, especialmente, estuvo acertado se mantuvo vivo ante un quinteto que hacía trabajo de pico y pala. Si los oscenses esperaban tener un acierto como el que obtuvo contra Palencia, Valladolid seguía a lo suyo; duro por dentro, robando bolas, metiendo canastas en transición y con cierto acierto desde el exterior. El 28-43 a menos de tres minutos para finalizar el primer acto dejaba el aroma de que Valladolid iba a asegurarse otra victoria. Se gustaba. La diferencia se fue a +22 (30-52) con el Levitec sumido en un manojo de desaciertos. Un detalle. La última canasta del segundo cuarto fue un costa a costa de Sergio de la Fuente a Bartley para clavar el 31-54.
Valladolid estaba de dulce. En datos. Casi un 82% de acierto de 2 y un 40 de tres. El regreso a la pista dejaba el resquicio del milagro para un Levitec sobrepasado ante un Valladolid muy motivado. La duda, tímida, era cómo iba a responder el quinteto local cuando ves que una apisonadora viene de frente. El quinteto castellano siguió a lo suyo ante un Peñas que puso sudor ante un Valladolid con hechuras de muy buen equipo y, sobre todo, con hambre. Otro dato, mediado el tercer cuarto, los de Arenas llevaban ocho personales en total por 14 de los de Hugo López. Y es que para qué vas a modificar la arquitectura de tu juego si así te va bien (38-65) y cinco minutos para acabar el tercer cuarto.
Si el partido estaba visto para sentencia tras los dos primeros parciales, más de lo mismo fue tras el tercero. Los últimos diez minutos se jugaron porque el reglamento está para cumplirse. Sin emoción ya (54-77), la única escapatoria era ver alguna jugada brillante, algo de cara a la galería al menos por parte de Valladolid y por parte de Levitec, ya que va a perder, hacerlo con la mayor dignidad posible y reconocer que Valladolid sigue siendo un hueso para este Levitec Huesca.