El Levitec Huesca abrirá la segunda fase de la LEB Oro, la que debe certificar su permanencia o no una temporada más en el segundo escalón del baloncesto español con un equilibrio entre victorias y derrotas. Y es gracias a su victoria en el Palacio ante Lleida. El conjunto ilerdense llegó cosido a la incógnita. La Covid-19 hizo mella en su plantilla y había cierta “opacidad” -Lata, dixit- en su estado de forma. No pareció que el virus le afectara en un partido tenso, físico y bronco.

Marcador final del partido.

87-Levitec Huesca: Cubillán (19), MacKenzie (15), Jorge Lafuente (11), Vilá (12), Rosa (10). Quinteto inicial. Round (5), Butler (5), Giraldez, Corvalán (8), Urdiain (2).

86-Lleida: Agustí Sans, Carrera (14), Buchanan (14), Feliu (11), Vecvargas (2). Quinteto inicial. Polanco (27), Chapela (9), Toledo (6), Kendal (3).

Parciales: 17-22, 19-20 (36-42, descanso) 23-20, 28-24.

Árbitros: Bravo, Carrera, Espiau,

La última defensa del Peñas le ha valido a Levitec para ganar un partido vital contra Lleida. Acaba de ganar al Lleida en el último suspiro. El epítome del partido la defensa de MacKenzie que le dio el balón a su equipo con 87-86 en el electrónico y menos de 28 segundo para terminar. Pura emoción. Para elevar la tensión, Levitec agotó sin lanzar su última posesión lo que permitió una jugada de 2 segundos al Lleida para variar a su favor ese 87-86. Todo se emborronó, pero ganó Levitec. Y eso es lo que vale. Despedida entre aplausos. Reconocimiento al sacrificio sobre la pista.

Volvió el público a la grada del Palacio para ver al Levitec Huesca. 300 aficionados para ver a este Levitec Huesca que lleva una temporada rara. Bueno, desde la pretemporada, para qué nos vamos a engañar. Levitec abrió el partido mandando durante los primeros minutos. Los triples de Iván Rosa y Jorge Lafuente animaron la grada y permitieron ir por delante ante un Lleida que con Buchanan ofrecía el mayor de sus peligros. Un jugador inmenso capaz de hacer mucho daño bajo aros. Si la veteranía es un grado, en partidos así se nota de manera especial. Una faltita por aquí que te pito, otra que te doy. Bueno, esas cositas de las que uno -en este caso el Levitec- se tuvo que olvidar para centrarse en defender duro y atacar mejor. Como ejemplo, la última jugada del primer cuarto bajo canasta de Lleida. Sobre la bocina, aro, rebote, canasta, pero nada subió al electrónico. Ni una protesta a la decisión arbitral con 17-22.

Levitec sigue confiando buena parte de su juego al lanzamiento exterior. La fortuna y el peligro lo separa un filo pequeño. Antes de cerrar el primer acto, el porcentaje era exiguo con sus dos aciertos de siete lanzamientos. Si a eso le sumas poco rebote, la derivada era de 14-18 en el marcador. El primer acto se cerró tras un tiempo muerto de Óscar Lata con 17-22.

El segundo acto arrancó de forma devastadora para Butler. Los tres primeros balones que le pasaron se le cayeron. Levitec dejaba malas sensaciones como equipo y tiraba del acierto individual y del coraje. Lejos del juego coral tiró de empuje. Y mientras, las decisiones arbitrales, como poco, escasamente equitativas. Lo único positivo es que Lleida siempre estaba a tiro. Diferencias de un par de canastas fácilmente subsanables con un par de buenas defensas y de ataques.

El partido se afeó por la diferencia del criterio arbitral. La quinta falta de Lleida -cuando el Levitec llevaba ya 9- fue aplaudida por la grada con una cerrada ovación. Pues eso, la veteranía de un equipo y otro, el peso de los banquillos. Cositas y 29-38 en el electrónico. Contra eso toco combatir desde la necesidad de ganar. Y así, un triple de Cubillán achicó la diferencia a 36-40. Y dos buenas defensas permitieron dos robos para que en el segundo Urdiain machacara el aro del Lleida, empatara el partido a 48 y Aranzana pidiera tiempo muerto. El Lleida se rehízo para poner el 51-60 cortado por un 2+1 de Butler al que siguió un triple de Cubillán.

Con el triple de Lafuente Levitec empató a 62 en el inicio del último cuarto. Si se esperaba que la fortaleza física por la Covid se desvaneciera ese era el momento más adecuado. En un encuentro físico, el desgaste se tendría que notar, pero no. Lafuente obtuvo una intencionada por la que Aracena pidió explicaciones. El partido entró en su máxima ebullición para Levitec con triple de Round que habilitó la primera ventaja de Levitec (69-68).

En la máxima tensión, con el partido entrando en la recta final, además de mantener la cabeza fría por las decisiones arbitrales, al Levitec le faltó un poquito de tranquilidad. Volvió a confiar en su lanzamiento exterior de forma excesiva y bajo aros Buchanan hizo mucho daño. Cuando llegó la tranquilidad volvió el acierto y con 77-77 y poco más de tres minutos para el final todo estaba por decidir. El esfuerzo del ‘8’ peñista era inconmensurable. Conforme se escapaban mínimamente los ilerdenses, aparecía un peñista para neutralizarlo. Así, Mackenzie volvía a empatar a 82. El escolta norteamericano brillaba y fue el gran héroe del triunfo. Colocaba el 87-86 (canasta ganadora) y su defensa sobre Polanco provocaba la pérdida del Lérida. Todavía hubo que sufrir, dado que el equipo se comió una posesión y no tiró por un descuido de Lafuente. Pero se pudo remediar, y una espectacular defensa colectiva sobre Carrera -hasta en dos ocasiones- sirvió para amarrar el triunfo. Se ganó como se podía haber perdido, pero eso hubiera sido otra historia.

Fotos: C.Pascual