Bada Huesca le cierra la puerta a Cisne con una gran segunda parte en la que los gallegos se quedaron en 8 goles.

35-Bada Huesca: Arguillas (p), Adrià Pérez (4), Cordiés (5), Malo (5), Montoya (4), Mosquera (6), Hackbarth (6). Siete inicial. Pablo Casterad (ps), Ignacio Suárez (3), Père Arnau, Dijà (1), Benites, Gucek (1), Angel Calvo, Floris.

24-BM Cisne: Bengivenga (p), Carlos Álvarez (3), De Oliveira (3), Pombo (4), Calin (1), De Pina (2), Arias (2). Siete inicial. Ramírez (ps), Bruno Vázquez, Chan (3), Dani López, Javi Zázquez (1), De Moura (1), Franceschetti (2), Ocaña (1), Serrano. Javi Vázquez (2).

Parciales cada cinco minutos: 4-2, 9-5, 11-7, 12-12, 13-11, 15-15, 17-16 (descanso) 19-18, 23-19, 25-19, 28-21, 33-21, 35-24.

Árbitros: Bustamante-Álvarez. Excluidos Hackbarth, Malo, Rodrigo Benites, Montoya por el Bada Huesca; De Oliveira, De Pina, Serrano, Calin por el Cisne.

Ganar a Cisne era obligación del Bada Huesca para encarar la recta final de esta Asobal con algo más de asueto. O, al menos, empezar la semana cargada de partidos –toca Sinfín y León al final de la misma- pleno de optimismo. El resultado no deja de ser una derivada de una buena defensa -ocho goles de los gallegos en el segundo acto- y el trabajo de zapa de los altoaragoneses durante todo el encuentro, con gotas de calidad individualidad en todas sus líneas. conjunto Nolasco puso a Miguel Malo a mandar en el ataque y a Cordiés a enviar la redonda a la meta de Bengivenga. El cubano ha sido llamado esta semana por su selección y en el minuto 13 producía el 40 % de goles del equipo (10-5). Y allí se quedó en la primera parte.

De la misma forma que la tropa de Nolasco se fue arriba en el electrónico, vio disminuir su diferencia con la misma intensidad. Mandaba, pero sin terminar de hilvanar un buen juego por lo que la renta era ficticia. Además, esta ASOBAL es tan traicionera que Cisne sabía que con su juego no se hundía y acosaba. Bueno, eso, y que contra Montoya hay patente de corso. Tremendo… una vez más.

El siete gallego estuvo siempre metido en el partido hasta que el Bada se puso firme atrás. Anclar en zona de descenso y ver que esto se acaba debe ser lo más similar a las espinacas para Popeye. Y como no le queda otra que apretar dientes y creer pues eso es lo que hizo. Cada gol y cada acercamiento se celebró como si fuera una victoria. Y es que es dopamina pura laminar diferencias de cinco tantos. Así que era más que entendible que festejara el empate a 13 tantos.

Los gallegos cambiaron de portero, además de abandonar el 6:0, y a la primera frenó a Montoya, previamente bien agitado. Así las cosas, Oliveira puso a los gallegos uno arriba. Ver para creer. El cuerpo técnico del Bada había entrado en modo sudoku desde hace unos minutos. Malo dejó el puesto de central a Ignacio, entró luego Dijà, el canterano Floris en el lateral izquierdo, tanto en defensa como en ataque, y Mosquera en el extremo del brasileño Hackbarth –la lesión de Carmona lo exprime- para buscar el final del primer acto.

El segundo acto comenzó con los mismos actores que el primero, aunque con ese cambio en la portería de Cisne. Ramírez, cada parada era un chute para sus compañeros. Cisne hacía daño con Pombo y el pivote Calin. Dos tipos de una gran fortaleza que en cada ataque puso en apuros al Bada.

La tropa de Nolasco, también apretó dientes. El paso de los minutos debía jugar a su favor por calidad. Cuando descosió juego encontró la individualidad. Malo metió un gol –el 20 de su equipo- por puro coraje en un partido espectacular del futuro doctor, un robo en defensa sirvió para Gucek finalizara una contra y que Cisne se viera cuatro abajo camino del 36 por lo que paró el reloj. Bada puso seis de diferencia (25-19) con menos de 20 minutos para terminar.

Había que gestionar la renta y apretar. Impedir que Cisne se rehiciera ante Bada Huesca y que decisiones como la exclusión de Rodrigo Benites les metiera en la espiral equivocada. Y la gestión fue perfecta. Bada traccionó de tal forma que arrolló a los pontevedreses. El canterano Casterad frenó en seco un 7 metros a Carlos Álvarez- en el primer acto también salió a parar otro que repelió el larguero- y tan solo restó cerrar el partido con tres canteranos sobre la pista y el espectáculo arbitral. Y es que rizaron el rizo con Montoya al que excluyeron en el banquillo tras perdonar a Cisne más de un 7 metros provocado por el alicantino.

Fotos: C.Pascual