El Cangas que en las últimas campañas ha coqueteado con el descenso ha armado un potente bloque en esta y el Bada Huesca lo ha sufrido en sus carnes esta tarde de principio a fin, salvo un anecdótico 2-3 en los primeros compases.

38-Cangas: Jorge Pérez (p), Arón Díaz (1), Martín Gayo (1), Santi Lopez (3), Quintas (3), Fodorean (3), Gallardo. Siete inicial. Mateo Pallas (ps), Essam, Brais (3), Thymann (5), Río (5), Toth (9), Arnau Fernández (1), Iglesias (2), Sheriff (2).

29-Bada Huesca: Dani Arguillas (p), Adrià Pérez (1), Frank Cordiés (2), Miguel Malo (5), Artur Parera (1) Rafael Paulo (6), ‘Charly (4) . Siete inicial. Gabor Decsi (ps), Ian Moya (4), Ignacio Suárez (6), Samuel Cordiés, Carlos Molina, Cánovas, Acosta.

Parciales cada cinco minutos: 2-2, 4-3, 7-4, 11-4, 15-9, 16-11 (descanso) 20-13, 26-14, 29-17, 33-20, 36-22, 38-29.

Árbitros: García-Iniesta. Excluidos Quintas (2), Arnau Fernández y Fodorean por Cangas.

La tropa de Nolasco se atascó en una primera parte horrible y en una segunda en la que terminó por disolverse. Toca labor de terapia y, sobre todo, que los lesionados se recuperen. Al final, la pérdida de unidades pasan factura y es imposible contraponer con juego a una escuadra como la de Cangas, sencillamente, más potente y con más variantes.

El siete gallego percutió en ataque con extrema facilidad y esto implicó una notable diferencia en el electrónico. Metieron goles de todos los colores; desde el pivote, a la contra, con lanzamientos desde 9 metros, desde el extremo. La diferencia era clara y en una pista como O Gatañal, siempre de por sí difícil con una parroquia que aprieta desde el minuto uno y hasta el final, todo se complica cuando se abre distancia en el electrónico.

Treinta minutos del primer acto bastaron para meter una diferencia de 5 goles en el marcador (16-11) que, al menos, era inferior a la de 10 minutos antes (11-4). Y el problema no era en sí la diferencia, el problema es que Cangas vivía feliz y lo hacía todo fácil, extremadamente fácil. Para entender el ataque del Bada Huesca, un dato: el zaragozano Jorge Pérez se retiró al descanso con un 47,37% de acierto y terminó el partido -los últimos minutos ya no jugó- con un 44%.

En ataque, Bada Huesca se topó con un siete de granito comandado por Rares -lástima que no se quedar en Huesca cuando era proyecto de jugador-, Quintas y Essam para cerrar cualquier posibilidad a Artur Pereda que debió acabar en un cubo de hielo ante tipos enormes. El 6:0 gallego ahogó los intentos de los aragoneses por llevar la redonda a las redes y, combinado con su efectividad, la diferencia fue cada vez a más.

Visto que el 6:0 no funcionaba -hubo minutos para Carlos Molina y para Bruno, las dos nuevas incorporaciones del Bada- no funcionaba, Nolasco puso en práctica un 5:1 al término del primer acto y durante buena parte del segundo. Dio igual. El problema es que el portero de Cangas estaba en racha. Frenó una contra de Miguel Malo de las que duele por lo que supone para el que falla y para el que acierta.

Con 23-13, Nolasco paró el reloj. El Bada Huesca seguía desbordado, absolutamente sobrepasado y lo peor es que quedaban 23 minutos por delante para acabar. Sencillamente, un suplicio. El Bada terminó refugiado en sus individualidades y en cierto orgullo que es lo único que se pude hacer cuando el equipo se queda vacío de ideas y roto en su cabeza. Al menos, perder por menos de diez, que eso también sirve para la cabeza.

Fotos: Raúl Fonseca