El Alcoraz fue testigo de un nuevo desenlace épico. Cuando todo apuntaba a un empate, Ntamack emergió en el minuto 94 con un gol que desató la locura en las gradas y trajo de vuelta la alegría a un Huesca que ansiaba recuperar el triunfo.
2-SD Huesca: Dani Jiménez; Toni Abad (Ángel Pérez 62′), Pulido, Piña, Ro; Sielva, Jesús Álvarez, Kortajarena (Ntamack 84′), Luna (Liberto 69′), Dani Ojeda (Carrillo 62′) y Sergi Enrich (Enol 69′).
1-Burgos CF: Cantero; Lizancos, Sergio González, Grego Sierra, Florian Miguel; Atienza, Morante, Mario Cantero (Córdoba 65′), David González (Mollejo 73′), Appin (Fer Niño 46′) y Mario González (Fermín 73′).
Árbitro: Alejandro Ojaos. Amonesta a Toni Abad y Sielva por la SD Huesca, y a Sergio González, Grego Sierra y Florian por el Burgos CF.
Goles: 1-0, min. 39: Luna. 1-1, min. 72: David González, (P): 2-1, min. 94: Ntamack.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 8 de LaLiga Hypermotion disputado en El Alcoraz ante 5.904 espectadores.
El Alcoraz se ha convertido en un escenario habitual de finales vibrantes, y esta vez fue Ntamack quien se erigió como héroe para darle al Huesca de Guilló una victoria reconfortante en el tiempo de descuento. El francés aprovechó un balón suelto en el minuto 94 para marcar el 2-1, desatando la euforia en la grada. Con este triunfo, el Huesca rompe una racha de dos derrotas consecutivas y demuestra que la flor de Guilló sigue intacta, sumando 13 puntos en este arranque de temporada gracias a tres victorias logradas en los instantes finales de los partidos.
En los últimos compases, el estadio se transforma en un volcán que impulsa y contagia al equipo. Y los jugadores responden. Así lo hizo un Huesca que cortó su mala racha y, apoyado por la pasión de su afición, encontró la fórmula para superar a un Burgos que había hecho méritos para, al menos, empatar.
El encuentro tuvo de todo. Comenzó con un Burgos algo impreciso y un Huesca que tomó el control gracias al dominio de Jesús Álvarez en el mediocampo desde el pitido inicial. El premio llegó con una jugada ensayada, de esas que Guilló pule con precisión. Desde un saque de banda, Pulido controló, Kortajarena asistió y Luna, con olfato, anotó el 1-0. Un gol con la esencia oscense, marca de la casa de Adrián Sipán, y con el sello de la pizarra.
Sin embargo, el Burgos no bajó los brazos. Córdoba, el más destacado de los visitantes, forzó un penalti tras una acción de calidad, siendo derribado por Pulido, que llegó tarde al cruce. David González transformó la pena máxima con seguridad, poniendo el 1-1 que parecía sentenciar el partido.
Pero este Huesca tiene carácter. En El Alcoraz, los partidos no terminan hasta el último segundo. En el 94, Ángel Pérez colgó un centro preciso desde la derecha, Ro Abajas remató en el segundo palo y, aunque Cantero respondió con una parada espectacular, Ntamack apareció en el lugar exacto para empujar el balón al fondo de la red, desatando el éxtasis. El francés volvió a ser clave, la afición rugió con fuerza y el Huesca selló una nueva victoria a su manera: con garra, fe y mucho corazón.