Un gol de Franki al filo de la media hora de juego ha desatado la alegría en El Municipal, que ha registrado la mejor entrada de su historia con 2.800 aficionados en las gradas.

1-UD Barbastro: Arnau; Val, Isra (Arnedillo 86’), Mingotes, Franki; Javito, Jaime Ara, Rausell (Crespo 61’); Bautista (Soule 61’), Gonpi (Requés 90’) y De Mesa (Marc Prat 61’).

0-UD Almería: Mariño; Mendes (Pozo 46’), Kaiky (Robertone 55’), Chumi, Centelles; Baba, Lopy, Puigmal (Ramazani 69’), Lázaro; Rachad (Arribas 46’) y Marciano (Baptistao 46’).

Goles: 1-0 min. 28 Franki.

Árbitro: García Verdura. Ha amonestado a Rausell, Isra, Gonpi, Val, Crespo, Prat y Ara por el Barbastro

Incidencias: partido correspondiente a la segunda ronda de la Copa S.M. El Rey disputado en El Municipal de Barbastro ante 2.800 personas. Mañana agradable con buen tiempo y buena temperatura.

El Barbastro preparó su particular fiesta del fútbol con la esperanza de dar otra sorpresa en el torneo del KO a costa del Almería. El once andaluz cierra la clasificación en Primera y está claro que esta no es su guerra, pero a ningún profesional le gusta perder. Menos aún cuando te enfrentas a un equipo tres escalones por debajo. Y en el fútbol esa diferencia es la de un océano… salvo en el torneo de Copa del Rey donde se abonan las sorpresas.

Arropado por su afición, el Barbastro salió como una moto. Lo esperado. Si acogotaba y lograba el gol, luego tocaría encastillarse y a sacarla con todo. En el minuto 2, Jaime la tuvo de cabeza pero fue a las manos de Mariño. El Almería compareció sin varias de sus figuras -especialmente el siempre querido en Huesca Melero- pero daba igual. Es un Primera y, no obstante, tiró de varios de ellos en el segundo acto.

El Almería atacó, el Barbastro se defendió y a la media hora metió su zarpazo. Una falta desde el lateral, Mingote que prolonga y Tarifa -con la cabeza vendada desde el 11 por un golpe fortuito- cabeceó para que Mariño recogiera el balón de la red. Tremendo, brutal, la Copa. El lateral, unos minutos después, volvió a ser atendido en la banda de la brecha en la cabeza por la que volvió a ser atendido en la banda. Que iba para héroe del partido estaba claro. Firmó un encuentro extraordinario de esos que, con 25 años, puede que le abra la puerta a equipos con más presupuesto.
Vistas las cosas, Gaizka Garitano decidió abrir el segundo acto con artillería titular. Puso sobre el prado a Baptistao y a Arribas. Y aún así Javito tuvo una oportunidad de oro para meter el segundo, pero se aturulló y la defensa andaluza sacó el balón. Tras el balón al palo de Baptistao, Javito robó un balón lo condujo pero no disparó cuando lo tenía todo a su favor. Para recordar.

Si bien el Almería salió con cohetería en la segunda parte y que apretó el acelerador, con el paso de los minutos se deshilachó. Ya no llegaba con peligro ni hilvanó jugadas, pero estaba claro que la calidad de un Primera, por muy colista que sea, era suficiente para no despistarse.

Cada control del Barbastro, cada llegada era jaleada y cada jugada a balón parado una esperanza para clavar el 2-0. Crespo exigió a Mariño y el córner quedó en nada. Como si fuera una ley no escrita, conforme avanzaron los minutos se afeó el partido. El Almería endureció su juego a la búsqueda del peso del escudo. Prats recibió un manotazo, fue al suelo y se quedó en nada la acción. Un par de minutos antes, Isra sí vio la amarilla por una entrada a Ramazani con el que le ‘saludó’ su entrada al campo por Puigmal.

Lejos de arrugarse, el Barbastro entendió que la mejor forma de defenderse era guardar sus intereses lejos de su portería, y presionó la salida del balón del Almería que dio la impresión de que no entendía nada, que se veía sobrepasado por un equipo de Segunda RFEF con 1-0 en el marcador y cada vez menos tiempo para firmar la victoria.

El partido se endureció aún más en una guerrilla de entradas más allá del límite, el banquillo del Barbastro rezando porque los minutos pasaran más rápidos y la afición pellizcándose de que no quedaba nada para volver a tener protagonismo (más) en Copa del Rey. Y así fue, ahora con el deseo de otro Primera, de los que juegan en competición europea.

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