El mismo Bada que se diluyó contra Cangas acaba de firmar una gran victoria contra Cuenca. El deporte es así. Y cuando ves las orejas al lobo aprietas los dientes.

33-Bada Huesca: Terçariol (p), Adrià Pérez (3), Cordiés (5), Dija (5), Rodrigo Benites (8), Mosquera (8), Ian Moya (1). Siete inicial. Arguillas (ps), Óscar (1), Suárez, Danylo, Gucek, Malo (1), Floris, Acosta, Samuel Alejandro.

26-Cuenca: Espinha (p), Hackbarth (4), Fede Pizarro (4), Pizarro (3) Teixeira (3), Juanjo Fernández (1), Aurelien-Morgan (3). Siete inicial. Marcos (ps), Mach, Pablo Simonet (1), Rubén Río (1), Colmena, Vera, Arnau (1), Sergio López (3), Silva (1).

Parciales cada cinco minutos: 3-3, 6-3, 8-6, 10-8, 12-10, 14-12 (descanso) 17-17, 19-18, 22-20, 26-22, 30-24, 33-26.

Árbitros: Ruiz-Maeras. Excluidos Gucek, Rodrigo Benites por el Bada Huesca; Juanjo Fernández, Aurelien-Morgan por Cuenca.

El partido ha sido un espectáculo sobre el 40×20 y también desde el banquillo; cada defensa aplaudida, cada gol festejado como si fuera el decisivo. El cabreo de Lidio, el temperamental técnico manchego, era de mil demonios con 7-3 y poco más de 10 minutos jugados por lo que paró el reloj. Bada encontró a Rodrigo Benites -qué lujo tener a este jugador y qué partido ha firmado- y el pivote firmaba tres de los siete tantos.

El tiempo muerto sirvió para cerrar un partido y abrir otro tras una pérdida de los de Nolasco, una falta en ataque, un siete metros para los manchegos y un parcial de 0-2 que no fue más porque Terçariol frenó a Avelien-Morgan. Nolasco le dio el ataque a Dijà y Gucek entraba por él en defensa y luego combinó en el primer acto el lateral izquierdo donde empezó Frank Cordiés y luego Suárez.

Bada manejó diferencias de +2 y +3. No rompía el partido y eso era oxígeno para Cuenca. Lo mejor es que cuando fallaba la tropa de Nolasco, la de Lidio no lo aprovechaba… hasta que apareció Espinha bajo palos para minimizar la renta (11-10 en el 24). A un ritmo alto, tocó administrar esfuerzos al máximo porque la derivada era que, si seguían así las cosas, se iba a jugar de poder a poder para definirse en los últimos minutos cuando el cansancio pasa factura.

El segundo acto se abrió con dos paradas de Espinha. Cuenca empató a 16 y dispuso de bola para ponerse por delante. Lo consiguió y con exclusión de Rodrigo Benites por una acción que él sufrió en ataque y los árbitros pasaron por alto. La figura de Terçariol apareció en toda magnitud para sujetar al equipo y Mosquera -espectacular de principio a fin-, primero, y Dijà, después, para poner el 18-17.

Nolasco puso a Mosquera a defender y a atacar en el extremo derecho y a Malo en ese lateral para un partido eléctrico y sin hacer prisioneros. Con 25-21, cuenca pidió tiempo muerto y solo por ver cómo Dijà pedía a la grada que siguiera apretando se veía la tensión y la importancia de lo que había en juego. Cuenca dejó el 6.0 y puso a Pizarro en el adelantado. No le salió y, por si fuera poco, al Bada, por fin, le apareció la suerte; esa bola que sale rebotada, esa redonda que se le cae al rival… Todo se puso de cara y Cuenca rindió armas a 30 segundos del final.

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Fotos: C.Pascual