Rafael Velasco Otal, oscense del Club de Tiro Loreto, en la modalidad de Kuchenreuter (pistola de percusión) por equipos, junto a José Antonio Rodríguez y Miguel Córcoles, se alzó con la MEDALLA DE ORO y se proclamó CAMPEÓN MUNDIAL con una pistola original fabricada por un artesano armero belga en torno al año 1830.

A comienzos de este mes de septiembre, en Italia, en la localidad de Valeggio, cerca de la ciudad de Brescia, de reconocida tradición armera, tuvo lugar el CAMPEONATO MUNDIAL de Armas Históricas. Se trata de una modalidad de tiro eminentemente “purista” en la que se utilizan armas, sea originales de época, sea réplicas, que constituyen las primeras de fuego que se utilizaron en la historia. Armas de pólvora negra y munición de plomo puro fundido que se cargan por la boca de fuego y que, para su óptimo funcionamiento, requieren de una maestría destacable tanto en los disparos efectuados como en la artesanal y personal preparación de los mismos: la cantidad de pólvora y su granulometría, la dosis de sémola con que se termina de rellenar la recámara del arma, el grosor del calepino (pedazo de tela) que se coloca entre la carga y el proyectil… una modalidad tan exigente como satisfactoria para quienes la practican y vistosa para los espectadores.

Rafael Velasco Otal, oscense del Club de Tiro Loreto, en la modalidad de Kuchenreuter (pistola de percusión) por equipos, junto a José Antonio Rodríguez y Miguel Córcoles, se alzó con la MEDALLA DE ORO y se proclamó CAMPEÓN MUNDIAL con una pistola original fabricada por un artesano armero belga en torno al año 1830. Un palmarés que, habida cuenta de que se consigue superando al potente y reputado equipo alemán (medalla de plata) y al siempre importante equipo norteamericano (bronce), pone en su justo valor la victoria alcanzada.

Rafa, como todo el mundo le conoce, es un hombre sencillo, llano, siempre positivo y dispuesto a ayudar a todo el mundo compartiendo su saber y experiencia. Un hombre para el que el tiro es más que mera afición y al que se dedica con pasión. Es el ejemplo de cómo una persona “normal” perteneciente a un Club modesto puede, con su voluntad, esfuerzo y constancia, alcanzar los más altos objetivos y ganar los más reputados laureles… sin dejar de ser el compañero siempre dispuesto a echar una mano, que Rafa siempre ha sido y es. Un auténtico motivo de orgullo para quienes compartimos afición y nos beneficiamos de sus consejos y experiencia.

También merece ser destacada, entre los tiradores oscenses, la MEDALLA DE PLATA conseguida por Ricardo Guillén Doz en la modalidad de Cominazzo, pistola de chispa (inicio del fuego mediante piedra de sílex) original.